Vitoria es una de las ciudades de la geografía española que más me ha sorprendido y donde más a gusto me he encontrado recorriendo sus calles. Con un tamaño ideal para visitar (y para vivir), Vitoria es cómoda y acogedora, a la vez que original y alegre.
La ciudad ofrece al viajero una experiencia de turismo completa, que incluye no solo los lugares de mayor interés turístico, sino también ocio y naturaleza, gracias al llamado Anillo Verde que rodea la ciudad, y que está formado por seis grandes parques que podrás recorrer a pie o en bicicleta. De ellos, quizá el más relevante e interesante es el Salburua, que ostenta la certificación internacional Biosphere Responsable Tourism como destino turístico sostenible.
Mi recomendación es dedicar a esta ciudad y sus alrededores un fin de semana largo (3-4 días completos), ya que aparte de todo lo que hay por conocer, no te puedes ir de la ciudad sin degustar varios de los maravillosos pintxos , estandarte de la gastronomía vasca, de los que podrás disfrutar en casi todos los bares de la zona rodead@ de un ambiente animado. Esto es algo que forma parte de la cultura de esta zona y que sin duda no puedes dejar de hacer.
Os dejo una mini-guia con los puntos más relevantes de mi viaje a esta ciudad y después podéis modular vuestra visita en función del tiempo del que dispongáis y vuestros intereses particulares.
- Alojamiento y transporte en Vitoria
- Ciudad de Vitoria
- Murales de Vitoria
- Salburura
Alojamiento y transporte en Vitoria
En mi caso particular no me alojé en Vitoria, sino que lo hice, gracias a un regalo, en el Parador de Argomaniz, un pueblo situado a escasos 15km de Vitoria en coche. Esta es una opción bastante buena para aquellos que dispongan de vehículo propio y decidan alojarse fuera de la ciudad para disfrutar del descanso y la tranquilidad de este lugar mientras no están haciendo turismo, y desplazarse en coche a los puntos de interés. Aparcar en la ciudad de Vitoria, a la entrada, y después recorrerla a pie o en bici es perfectamente asequible. Lo mismo sucede con Salburua. Además, Argomaniz está rodeado de rutas de diferentes distancias y dificultades, por si queréis tener una impresión de las áreas más rurales de esta zona del País Vasco.
El Parador de Argomaniz es quizá el mejor de los paradores que he visitado hasta el momento. Este antiguo palacio renacentista situado en un enclave de naturaleza precioso, cuenta con varios ambientes donde comer en función del tipo de comida que se vaya a disfrutar, así como una terraza frente a una gran área verde. El restaurante principal, situado en la última planta del edificio, con sus altos techos de madera, es un lugar de ambiente señorial y sosegado, como el resto del edificio. Como en todos los paradores, la buena cocina y la comodidad están asegurados, pero sobre el parador de Argomaniz destacaría su situación privilegiada.
Una vez en la ciudad de Vitoria podremos desplazarnos con facilidad a pie o en bici, ambas opciones muy recomendables para disfrutar de la visita plenamente. Indicar que Vitoria está acondicionada para el transporte en bicicleta.
Para desplazamientos más largos podremos utilizar tanto el tranvía como la red de autobuses de la ciudad, ambos con amplitud de horarios disponibles para el usuario
Ciudad de Vitoria
Lo primero que verás al llegar a la ciudad de Vitoria es la Catedral Gótica de Santa Maria. Preciosa, esta catedral situada en el casco histórico ha sido objeto de inspiración de populares escritores como Ken Follet. Para más información histórica sobre la catedral aquí.
El segundo objetivo de tu paseo será la plaza vieja o Plaza de la Virgen Blanca, lugar de encuentro y reunión de los ciudadanos de Vitoria. En ella, lo primero que harás seguro es hacerte una foto en la escultura esculpida en arbusto que reza las palabras “Vitoria-Gasteiz”, colocada en este lugar desde el año 2012 cuando la ciudad fue elegida Capital Verde Europea.
Recorriendo la plaza, los monumentos, edificios y esculturas te contarán la historia de esta ciudad.
En el centro de plaza se localiza un monumento en recuerdo de la Batalla de Vitoria (1813), un episodio de la Guerra de Independencia, y paseando entre las columnas que sujetan el segundo piso, encontraremos una imagen de la patrona que da nombre a la plaza.
Al fondo se sitúa la iglesia del san miguel arcángel, para acceder a la cual hay que subir una escalinata. Arriba nos encontraremos con el Celedón (otra fotografía imprescindible), que da comienzo a las fiestas en el mes de agosto, bajando desde esta altura hacia la plaza. Además desde aquí arriba disfrutaremos de una preciosas vistas de toda la plaza en altura.
Tras el recorrido histórico, llega el momento de perderse por el casco viejo de Vitoria y conocer el otro lado de la cultura de la ciudad. El casco viejo de Vitoria es un encantador entramado de calles, plazas y edificios históricos, entre los que perderse durante horas.
Tiene forma almendrada y paseando entre sus rincones encontrarás decenas y decenas de esos famosos bares de pintxos (desde el más sencillo al más elaborado) que conforman una de las tradiciones más arraigadas en el país vasco.
Esta parte de la gastronomía vasca es tradición y cultura, y además es un acto de socialización propio de esta zona. Te recomiendo que pasees por el casco viejo sin rumbo cerca de la hora de comer y de dejes llevar por los sabores tradicionales disfrutando de un buen vino (La Rioja está al ladito…) y del animando amiente que te acompañará en todo momento.
Murales de Vitoria
Capítulo aparte se merecen los murales de Vitoria, que te encontrarás paseando por las calles del casco viejo de Vitoria y que forman parte de sus encantos más singulares.
Dato importante sobre estos murales es que son resultado de la colaboración de voluntarios de la Asociación IMVG, creada precisamente para recuperar barrios degradados estéticamente mediante el arte. Lo más destacable de esta iniciativa, y algo que hay que tener presente al observar cada uno de estos murales es que no son hechos por profesionales, sino por ciudadanos de a pie con la ayuda de otros organismos e instituciones, creando así una galería de arte gratuita a ras de suelo, que dota a la ciudad de roque vanguardista y sofisticado.
Es sencillo y bonito ir descubriendo los murales a medida que avanzamos en nuestra visita por la ciudad, dejándonos sorprender por su color y diseño. Pero también, si contamos con poco tiempo o queremos conocer a fondo la historia y significado de cada uno de los, la asociación organiza unas visitas guiadas.
Salburua
Salburua es uno de los parques que conforman el Anillo Verde de Vitoria, situado a las puertas de la ciudad. Se trata de un gran humedal que es además uno de los humedales continentales más importantes de Euskadi.
Si sois amantes de la naturaleza, os recomiendo reservar medio día para visitar este parque con calma. Se puede realizar una cómoda visita a pie por los recorrido señalizados de que dispone el parque, e ir disfrutando de cerca a nuestro paso de las múltiples aves que pueblan el humedal (zancudas, garzas…), en el que además vive una población de ciervos en semilibertad que también estará a nuestro alcance en nuestro paseo.
Eso sí, si lo visitas en invierno, tanto si llueve como si hace buen tiempo, te recomiendo que te abrigues, porque al frío propio de la zona se sumarán la humedad presente en el lugar y puede hacernos la visita incómoda.
Como veis, Vitoria es una caja de sorpresas, mucho más que edificios y calles antiguas, es una ciudad moderna y alegre, llena de color, y alegría, que ofrece al visitante un viaje completo y lleno de experiencias singulares.
Peero, si aún os queda tiempo, os recomiendo una última visita para hacer de vuestro viaje un 10. Las Salinas de Añana, situadas a tan solo 30km de la ciudad de Vitoria, y que podréis visitar incluso en el mismo día de vuelta a casa. un lugar especial en el que hay mucho que aprender.
Además, no olvidemos que Vitoria es colindante con la Rioja alavesa, por lo que los amantes del vino podrán hacerse una escapada a esta comunidad para visitar algunas de las bodegas riojanas, o simplemente, disfrutar de un buen vino.
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