Y llegamos al cuarto y último destino de este mágico recorrido por el norte de Marruecos: Chefchauen (también comúnmente llamado Chauen o Xauen). Sabíamos que la ciudad nos iba a encantar, por sus famosas y pintorescas calles pintadas de azul intenso y sus particulares rincones. Sin embargo, esta fue una de esas pocas ocasiones en las que la realidad supera a las expectativas, ya que Chefchauen sencillamente nos cautivó.

Y he de decir que este fue el único momento en el que agradecí haber decidido hacer este viaje en coche por el Norte de Marruecos, ya que el camino desde Fez hasta Chauen nos regaló unas horas de disfrute de la zona del Rif que de otra manera no hubiéramos tenido.

Aún con la intensidad de Fez en nuestra pupilas, Chefchauen nos recibió con tranquilidad y sosiego. Las calles de esta ciudad de origen andalusí invitan a reducir el paso, a tomarse tiempo para fotografiar sus innumerables rincones.

Contemplar con calma los artículos de multitud de colores de las tiendas en contraste con el azul de las paredes, tomar un té en alguna de sus encantadoras plazas, y respirar la calma que envuelve el ambiente es todo lo que tienes que hacer en Chauen.

Sucede además que, al rato de pasear por la ciudad, cuando ya nuestro ritmo y nuestra mente se ha adaptado al entorno, tienes la sensación de estar atravesado por una especie de irrealidad mágica, gracias a esa luminosidad que el cuidado contraste de colores provoca en nosotros. 

Dónde alojarte en Chefchauen

La popularidad de Chefchauen ha crecido enormemente según se han dado a conocer sus particulares encantos, por lo que la oferta de alojamientos en amplia y variada.

En nuestro caso, nos alojamos en  el Hotel Parador de Chefchauen, situado junto a la Plaza Outa el Hamman. Además de su buena ubicación, destacaría las amplias zonas comunes y la terraza con piscina para los días de calor, desde la que las vistas de la ciudad a un lado y las montañas del Rif al otro son motivo suficiente para escoger este alojamiento . Respecto a las habitaciones y el desayuno, todo correcto y adecuado para una estancia de 1-2 días.

Qué hacer en Chefchauen

Medina

Recogida, coqueta y sencilla, en la medina de Chefchauen no pude evitar sentir evocaciones de Asilah. En contraste con la vorágine de Fez, esta es una medina en la que nos podríamos pasar horas sin aturdirnos, disfrutando con calma de los puestos de ropa, bolsos, artesanía, y por supuesto de la gente y todos esos pequeños gatitos que nos acompañarán en nuestro paseo.

Lo mejor que puedes hacer en Chefchauen es pasear entre sus calles y disfrutar de todos sus encantos. Una vez que te adentres en la perla azul de Marruecos, no querrás dejar de inmortalizar cada uno de sus rincones. Verás uno y creerás que es el más bonito, te harás mil fotos, y a dos pasos verás otro maravilloso lugar azul en el que hacerte otra vez mil fotos y así todo el día… 

En realidad no hay en Chefchauen una lista exhaustiva de lugares que visitar, si bien hay algunos lugares más famosos que otros, como el popular callejón azul (este título resulta incluso un poco redundante…) o la plaza de Utta el Hamman.

Eso sí, los amantes coleccionistas de puertas verán el paraíso en Chauen…

Plaza Utta el-Hamman

Cuando te hayas hartado de pasear, ver tiendas, hacer fotos… puedes acudir a esta plaza para hacer una pausa y comer algo en alguna de las terrazas de los restaurantes. Desde aquí podrás disfrutar de la visión de la mezquita Kebir y de la Alcazaba.

Si es verano y coincide es posible que puedas disfrutar del mercadillo nocturno que se organiza en esta plaza

Como ves, Chefchauen es, además de especial, fácil. Por eso, lo mejor que puedes hacer en esta ciudad es dejarte llevar. Olvídate de las listas de lugares que visitar, del GPS y de las prisas. Simplemente pasea, observa, mira hacia los lados y sobre todo, atrás, porque puedes estar dejando a tu espalda una preciosa estampa que quieras inmortalizar. Disfruta de un té, de una sencilla conversación o de la compañía de un pequeño felino. Compra un regalo, toma el sol, date otra vuelta… en definitiva, disfruta, pues Chefchauen es el lugar perfecto para evocar y poner en práctica el slow travel que nos gustaría en cada uno de nuestro viajes.