Turku. Ciudad universitaria y encuentro de culturas

POR - Mirian
/     Ago 2, 2021

Finlandia fue la última de mis 3 opciones al rellenar el formulario de solicitud de beca Erasmus. Yo quería ir a Inglaterra , que son nativos en habla inglesa, o a Holanda, que son totalmente bilingües y es un país más popular… pero me tocó Finlandia, en concreto, la ciudad de Turku. Y qué suerte tuve… porque de lo contrario, no hubiera tenido la oportunidad de vivir una de las experiencias más radicales de mi vida, ni de comprobar lo diferente que puede llegar a ser el mundo más allá de lo que vivimos en nuestro día a día. Y quizá tampoco, (eso no lo sabré nunca con certeza) hubiera comprobado lo mucho que aquello me gustaba.

Turku, ciudad universitaria al sur del país, me brindó la oportunidad de caminar sobre nieve de manera constante durante 4 meses, de tal manera que cuando al final del invierno la nieve se derritió, se me hizo extraño desplazarme sin que el crujir de aquel manto blanco me acompañase a todas partes. También me brindó la oportunidad de sentir lo que es el frío verdadero, cuando un día a principios del mes de Febrero el amaneció a -20 ºC. Días de apenas 4 horas de luz tenue en los que parece que al sol le costaba alzarse sobre el cielo, que de pronto fueron creciendo sin control hasta convertirse en días de 4 horas de noche… ¿y qué es más inusual de las dos? En un país en el que no hay persianas … ahí dejo la respuesta a la elección de cada uno.

Pero Finlandia, y todas las ciudades del sur del país, son mucho más que frío y noche o día… Al ser Turku un lugar en el que confluyen varias universidades de distintas especialidades, realizar un Erasmus en esta ciudad significa vivir en un ambiente multicultural permanente, en el que la oportunidad de conocer gente de otros países se ofrece casi cada día. Lejos de lo que yo hubiera podido imaginar, a pesar de que la segunda lengua de los fineses el sueco, casi la totalidad de ellos habla inglés de forma bilingüe. Desde, por supuesto, los profesores, hasta los dependientes de las tiendas o el dueño de más de 60 años de cualquier local de la ciudad. Salvo en determinadas regiones del norte del país, como Laponia, en donde se habla el dialecto sami, el resto de las personas hablan un inglés que ya quisiéramos manejar en España. Precisamente yo iba con el nivel de inglés muy justito para entonces. Y el resultado fue que, para mi sorpresa, sumado a la increíble experiencia que tuve, aprendí inglés en un país que no era ni Inglaterra ni Holanda.

Turun Kauppakorjeakoulu. Turku
University of economics, Turku – Turun Kauppakorjeakoulu

Turku no es una ciudad que destaque por su monumentalidad, sin embargo hay un par de lugares que merecen ser mencionados. La catedral (Tuomiokirkki-Domkyrkan), de estilo románico-gótico, construída en el año 1287, cuyo interior es de grandes proporciones, pero su decoración, como la de la mayoría de los edificios religiosos fineses, está caracterizada por la austeridad y la escasez de decoración. La plaza en la que se encuentra la catedral alberga a su vez la mayor parte de los edificios académicos de la ciudad de Turku (el edificio Abo Akademi así como varias facultades).

La catedral de Turku supuso un referente para mi y el resto de los estudiantes con los que compartí mi tiempo en Turku, al convertirse rápidamente en un punto de encuentro para todos.  A pocos metros de ella, cruzando una carretera nos encontramos con el río Aurajoki-Aura, que debido a las bajas temperaturas que sufre la ciudad permanece la mayor parte del año congelado.

Y por supuesto, no puedo dejar de mencionar la singularidad de la gigante escultura de color rosa claro con extraña forma de pato y boca de cerdo que suscita la burla y la curiosidad de cualquier turista que pase por la ciudad. Esta obra, creación del artista escultor Alvar Gullichsen, pretende ridiculizar de algún modo la evolución de la genética moderna.

Alvar Gullichsen
Monumento de Alvar Gullichsen en la ciudad de Turku. Finlandia

Pero Turku además, es ciudad de costa, lo que tiene la gran ventaja de facilitar los desplazamientos a otros países de alrededor en barco. Nunca pensé que podría ir a Estocolmo a pasar el día, viajando en un ferry 12 horas por la noche y volviendo a la  noche siguiente, gastando lo justo. O a lugares que de otra manera nunca hubiera planificado ir, como Tallín, en Estonia.

Por otro lado, a día de hoy no puedo aportar consejos sobre restaurantes, bares o puntos de interés, ni en Turku ni en las ciudades que visité, como Tampere o Helsinki. Al haber estado de Erasmus, como mucho puedo aportar referencias del Lidl y otros supermercados en los que hacíamos acopio de los productos más baratos para subsistir, y dejar el resto del dinero para viajar lo máximo posible. Y vaya si lo hicimos: Laponia, San Petesburgo, La Región de los mil Lagos, Estocolmo… en un período de tiempo de medio año, en el que además hubo espacio para asistir a clase (nótese que no digo “estudiar” porque entonces nadie se tomaría en serio esa afirmación…) y sacar las asignaturas para adelante.

Finlandia
Turku. Finlandia

Como comprenderéis, el momento de volver a la rutina de la vida universitaria en Madrid fue tan dramático que no pude por menos que empezar a planificar, cuanto antes, la siguiente experiencia fuera de ese bucle infinito de exámenes, libros, y presiones …

Pero antes de dar este capitulo por cerrado, me gustaría facilitaros algunos consejos muy prácticos si vais a viajar a Finlandia en invierno (que también son válidos para cualquier otro país en los que se alcancen temperaturas tan bajas).

Y pensareis, ¿por qué iba a ir a Finlandia en invierno, con el frío que hace? Pues por ejemplo porque en Rovaniemi, además de estar el círculo polar ártico, está la casa de Papa Noel y seguro que a vuestros hij@s les encantaría conocerle en persona, y disfrutar de todo el ambiente navideño que se respira allí en esta época del año. O porque practicar esquí de fondo, raquetas, o paseos con perros de nieve en los bosques finlandeses cubiertos de nieve y luego irte a tu cabaña de madera a darte una sauna y descansar (y esperar a que quizá, aparezca una aurora boreal a darte las buenas noches) es una sensación muy difícil de igualar.

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