La primera parada de nuestro viaje por el norte de Marruecos fue Asilah (Arcila), un pequeño pueblo costero a menos de 50 km de Tánger, ciudad en la que nos dejó el ferry y donde iniciamos nuestro recorrido. Arcila, a pesar de sus encantos, es menos conocida a nivel turístico que otras ciudades marroquíes, y no es posible llegar en tren hasta ella. Es uno de los casos en los que, como os comentaba en este post sobre cómo moverse por Marruecos, es conveniente revisar las rutas de autobús disponibles.
A pesar de ser menos popular, Asilah es una de las ciudades más acogedoras y encantadoras que te encontrarás en Marruecos, y que además es posible conocer en un día tranquilamente. Mi recomendación en coger un alojamiento de una noche para disponer de tiempo suficiente para recorrer pausadamente sus calles, su costa y su medina.
Dónde alojarse en Asilah
En nuestro caso, escogimos alojarnos en el Hostal Patio de la Luna , un alojamiento sencillo pero con encanto y muy bien situado, ya que se encuentra enfrente de la medina y a menos de 5 minutos andando de la playa. El personal es amable y se respira tranquilidad en el hotel, si bien no deja de estar cerca de restaurantes y bares. En suma, es ideal y suficiente para pasar una noche y conocer Asilah cómodamente.
Qué hacer en Asilah
1.- Visitar su preciosa y encantadora medina
La medina de Asilah, patrimonio de la Unesco, es un amable entramado de calles blancas y limpias que te invitará a reducir el paso para disfrutar de sus detalles. Si has visitado otras medinas antes, como la de Fez o Marrakech, agradecerás la sencillez y frescura de esta. Sino, seguro que cuando te encuentres en cualquiera de ellas, recordarás la tranquilidad de este paseo.
Puedes acceder a la medina de Asilah por una de sus tres representativas puertas: Bab el Homar (Puerta de la Tierra), Bab el Bahr (Puerta del Mar) y Bab el Kasba (Puerta de la Cultura)
Una de las curiosidades que te encontrarás paseando por el interior de la medina de Asilah son sus puertas de colores, que rompen la blancura y sobriedad de sus muros, y que invitan a pararse continuamente a fotografiarlas.
En el interior de esta pequeña medina se respira la paz y cotidianeidad de un pueblo, por lo que el paseo daba lugar a pararse a charlar con la gente local, que nos invitaban a visitar los muchos rincones que ofrece la ciudad o apreciar el labor de la artesanía de la zona.
2.- Pasear por la orilla del océano atlántico.
Contribuyen al encanto de esta ciudad, sin duda, las maravillosas vistas al océano atlántico y es que Asilah nos da la posibilidad de relajarnos paseando por la orilla del mar.
No te olvides de buscar aquel punto en el que confluyen el mediterráneo y el océano atlántico, otro detalle curioso que ofrece esta coqueta ciudad
3.- Disfrutar de los murales de Asilah
En realidad no tendrás que buscarlos, te los irás encontrando al tu paso por la medina. Estos murales son una expresión de arte urbano moderno a la vez que adornan y dan vida a la ciudad. Y es que en Asilah se celebra el Festival anual de las artes, (del que puedes encontrar más información aquí), el cual se inició precisamente con el objetivo de dar otra vida a la medina. Escribiendo esto no puedo evitar acordarme de Vitoria y sus murales.
4.- Plaza de Abdellah Guenoun
Para finalizar el día, no te olvides de tomar una taza de té en la Plaza de Abdellah Guenoun. Es tiempo de sentarse a charlar en una de las terrazas con vistas a la plaza y disfrutar del paso ralentizado del tiempo observando a la gente ir y venir sin prisas. La expresión perfecta de un día de vacaciones en la costa marroquí.
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